"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 21 de mayo de 2015

Craneolando la furfinota

Siempre les dije que era importante craneolar.
Desde que nacemos si no craneolamos no llegamos a desarrollar la masa que permite al ser humano, ser humano.
Humano, es ser pensante, es llenar la craneoteca de ideas, creativas, destructivas, positivas, negativas y dubitativas.
Desde temprana edad se debe adquirir la capacidad de craneolar.

Por lo general son los progenitores los que se encargan de esa tarea hasta alcanzada la pubertad.
Esa etapa en la que el niño comienza a tener su independencia y debería craneolar solo.
Es en esta etapa donde las influencias externas al ser humano puber, masculino, se perciben en la craneoteca y en otros órganos que inciden brutalmente en la capacidad de craneolar.
La lucidez de la craneoteca se obnubila cuando las sustancias hormonales comienzan a superar a los fluidos neuronales.

La aparición de alguna furfinota puede desencadenar la debacle.
Toda la armadura creada por años de educación, formación y capacitación, puede caer como castillos de naipes ante la aparición de una furfinota.
La furfinota de marras surge con fuerza de ciclón, tanto en la craneoteca como en los bajíos que sus educadores han sublimado y en este momento aceptan el desborde con impotencia.
Se preguntan por el origen de tamaño adversario.

Lo buscan en la etimología.”Furfi”, del latín, forza y el sufijo” fi” que implica sostén.
“Nota” es sin dudas, ese ser que tiene algo de humano y mucho de irreal.
Tiene la capacidad de desarticular todo esquema rígido de las craneotecas.
Cuando la furfinota aparece es inútil oponerse al torrente sanguíneo que eleva la testosterona y que cambia la manera de ser del ser humano, masculino.

"Dicho sujeto sólo se llega a sentir realizado, craneolando la furfinota..."

María Teresa Nannini

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