Malú
Kikuchi (20/5/2017)
Brasil,
nuestro vecino, con más de 200 millones de habitantes, nuestro socio comercial
más importante, está transitando momentos difíciles.
Parecería que la
corrupción es una mancha generalizada entre la mayoría de sus políticos y sus
empresarios.
Los
ciudadanos de a pie, sólo se ocupan de la política cuando la economía no anda
bien.
Brasil
recién empezaba a salir del pozo económico.
Sin
embargo, el grito más escuchado hoy es, “fora Temer”.
Es
casi el final del camino que empezó con el “mensalao”, el petrolao” y ahora el
“lavajato”.
Importantísimos políticos brasileños como Joao Dirceu (mano
derecha de Lula, liberado el 3/5/17 por no tener sentencia firme), o el pilar
del empresariado Marcelo Odebrecht (una de las más grandes constructoras mundiales),
encarcelados por corrupción.
25 miembros de
los gobiernos de Lula fueron sentenciados y están presos.
El
mismo Lula está siendo investigado.
La
ex presidente Dilma Roussef fue destituida a través de un juicio político, no
por corrupción (con la que convivió y, o no la vio, o la dejó pasar), sino por
mal ejercicio del gobierno.
El
que impulsó el “impeachment” fue el ex presidente de la cámara de diputados, Eduardo Cunha,
hoy
preso por el petrolao (US$ 5 millones en Suiza, cuenta no declarada)
y
Dilma fue remplazada por su vice, Michel Temer, hoy acusado de coimear a Cunha
para que no hable.
El
hecho fue grabado y filmado, con ayuda del poder judicial, por personas de JBS,
la mayor procesadora de carne del mundo, que probablemente, con el sistema de
“delación premiada”, de ser acusados por coimas (muy probable) puedan descontar
penas.
Temer
alega que creía que estaba ayudando con algo de plata a un amigo preso, que
nunca pensó en comprar el silencio de nadie.
Algo
que él, Michel Temer no necesita hacer, ya que es transparente y honesto.
El problema es
que ya antes de este explícito audio y video, Temer tenía muchas acusaciones por corrupción.
Dice
que no va a renunciar, que sería la forma más elegante de irse.
De
no hacerlo, quedan las posibilidades del juicio político, ya hay 8 solicitudes,
es un proceso largo, y todavía Temer controla gran parte del congreso.
O
un juicio por el Supremo Tribunal Penal por obstrucción a la justicia y más.
Esto
debería pasar por la Procuraduría General de la República y de ahí a la cámara
de diputados, donde debería obtener los dos tercios de los votos para poder
destituirlo.
O
lo más rápido, que el Supremo Tribunal Electoral compruebe que la fórmula
Roussef-Temer (2013) fue financiada ilegalmente, eso sostiene Odebrecht.
Toda la política
brasileña está en la picota.
Aecio Neves, el
que disputó el ballotaje con Dilma, hoy senador, debe despedirse de su carrera
política porque las acusaciones lo acercan a la cárcel.
Al
gran empresariado le pasa lo mismo.
Las
investigaciones y los allanamientos se hacen mientras los personajes sospechados están en el poder.
Brasil da clase
de coraje cívico.
Y
toda esta sucia historia, sucia por el
delito y el engaño a los ciudadanos y el robo de sus dineros, pero
resplandecientes por que la justicia trabaja con independencia de cualquier
otro poder y sólo obedece a la ley, toda esta épica judicial, empezó con un
hombre: Sergio Moro.
Luego siguieron mucho otros, pero el que
dio el primer paso, sin pensar en su seguridad, en la de sus dos hijos o en la
de su mujer, fue Moro.
¿Y
quién es Sergio Moro?
Nació
en 1972.
Se
recibió de abogado en la universidad provincial de Marringá; master y doctorado
en la universidad nacional de Paraná, estudios legales y sobre lavado de dinero
en Harvard.
Juez
federal a los 26 años, en Curitiba, capital del estado de Paraná, frontera con
Argentina y Paraguay.
La
cercanía, ¿podrá ayudarnos con la limpieza que nos es imprescindible, empezando
por nuestro poder judicial?
Un
hombre, un hombre decidido, comprometido con la verdad, un hombre con valores y
sin precio, un hombre con todo el coraje necesario para enfrentar un enorme y
enquistado sistema de corrupción en las más altas esferas, puede.
Un
hombre así, puede.
Otros
se contagian y siguen.
Que
la onda expansiva de justicia brasileña nos alcance y finalmente nuestro poder judicial, haga JUSTICIA.
Nos hace falta.
Desesperadamente…
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